Ninguno de los que visitan la Torre Eiffel de Paris ignoran lo que se van a encontrar, ya que a buen seguro el 100 % de los millones de visitantes que Paris recibe cada año la han visto antes.
Bien en cualquier documental o película, bien en fotografía o postal, lo que no quita para que quien la ve por primera vez en persona quede realmente impresionado y maravillado por la inmensidad de la Torre Eiffel, inmensidad que va aumentando hasta que nos situamos bajo sus pies, y intentamos hacernos una idea de como es posible que el ser humano haya podido construir semejante maravilla.
Visitada cada año por más de 6 millones de visitantes, la Torre Eiffel es el símbolo de Paris, su imagen más internacional y un orgullo para la ciudad, algo impensable hace más de cien años, cuando la torre se estaba construyendo pese a la fuerte oposición de los intelectuales y los parisinos de la calle.
Historia de la Torre Eiffel
Las obras para su construcción comenzaron en 1887 para conmemorar la Exposición Universal que celebraba el centenario de la Revolución Francesa, tras 3 años de estudios por parte de Eiffel y sus ayudantes, 3 años de lucha contra la opinión pública que no querían un "armatoste" de hierro que no servía para nada y que costaría una millonada. Finalmente, un 31 de Marzo de 1789, se inauguraba la Torre Eiffel, que pese a lo que había costado su construcción, en términos económicos y de lucha contra la voluntad popular, tenía una fecha de caducidad, ya que estaba pensado que se desarmase la estructura metálica en 1900, cuando terminase la Exposición Universal, y así hubiese sido de no ser porque a la armada francesa se le ocurrió hacer unas pruebas con equipos de radio en lo alto de la torre, descubriéndole un uso a la Torre de Eiffel para el que no había sido construida.
En la actualidad son varias las antenas que coronan la Torre Eiffel, y no solo de radio, sino también de televisión, y de hecho la presencia de estas antenas han elevado su altura, de los 312,27 metros que medía en 1889 hasta los 324 metros que mide en la actualidad, y que constituyen el punto más alto de la ciudad de Paris.
Subir a la torre Eiffel
Subir a la Torre Eiffel es algo obligado, algo que todo aquel que visita Paris debe hacer, ya que si no se sube es casi como si no se hubiese estado allí.
Para subir tenemos diferentes opciones, todas ellas previo pago por caja, por supuesto. Los más deportistas podrán utilizar las escaleras (1665 escalones ni más ni menos), y para los demás (la mayoría) existen ascensores que nos podrán dejar bien en el primer, o bien en el segundo piso, una opción muy poco recomendable para aquellos que padezcan de vértigo, especialmente si corre algo de viento. En las dos alturas donde se puede subir existen diferentes tiendas de recuerdos, además de dos restaurantes de lujo. Decir también que existe un tercer piso aún más arriba, con una vista aún mejor (lógicamente), pero que poca gente se atreve a ver, ya que es la parte alta de la Torre Eiffel y se perciben perfectamente los movimientos de esta a poco que hay un poco de brisa.
En cuanto a la vista decir que es de las mejores de Paris junto con la de la Torre Montparnasse (que tiene como ventaja la ausencia de largas colas y el hecho de que se hace en un edificio convencional donde el viento no asusta y la lluvia no incomoda) y la del Arco del Triunfo, muchísimo más bajo que la Torre Eiffel pero con una vista impresionantemente bella.
Por la noche la Torre Eiffel de Paris permanece siempre iluminada, y cada media hora (o una hora dependiendo de la época del año) luce por espacio de 10 minutos una iluminación centelleante que constituye un verdadero espectáculo, siendo posible presenciarlo desde cualquier lugar de Paris y sus alrededores.
que genial..
ResponderEliminarMe encantaria visitar este monumento algun dia y llevar a mis hijos que belleza... felicitaciones a esas personas que diseñaron y construyeron en equipo tan bello espectaculo.
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