Con 270.000 habitantes y una historia bimilenaria Gijón es, ante todo una ciudad donde cualquier visitante se sentirá cómodo y muy bien acogido.
Podrá olvidarse del coche y recorrer con sosiego sus playas, monumentos, museos, parques, plazas jardines, disfrutando de los maravillosos paisajes y gozar de su siempre rica gastronomía.
Desde el barrio antiguo de pescadores, Cimadevilla, por la playa de San Lorenzo
Un periplo a pie recomendado es recorrer despacio el largo paseo de la playa de San Lorenzo –en pleno centro de la ciudad- partiendo desde la zona antigua de la ciudad.
En Cimadevilla, un barrio de pescadores que está siendo rehabilitado de forma ejemplar, se encuentran los museos de la Torre del Reloj y la Casa Natal de Jovellanos –uno de los grandes españoles ilustrados del siglo XVIII, quien es la más importante referencia histórica de Gijón- donde se pueden admirar, entre otros interesantes fondos pictóricos asturianos, el legado del Premio Nobel Severo Ochoa y su esposa Carmen.
Tras bajar desde Cimadevilla, por sus recoletas calles llenas de olores y sabores que aún perduran del antiguo barrio de pesquerías, hacia la espléndida playa de San Lorenzo, además de contemplar los restos y recrecidos de la Muralla Romana – Premio Nacional de Arquitectura – se pueden ver el palacio de Revillagigedo – hoy Centro Internacional del Arte -, la plaza del Marqués – donde se ha recuperado el pozo acuífero alrededor del cual se celebraban las reuniones e los gobernantes del concejo de Gijón-, la Plaza Mayor – donde está el Ayuntamiento de Gijón – el antiguo edificio de la Pescadería Municipal – ahora utilizado como oficinas municipales-, el tradicional Campo Valdés bajo el que se hallan las Termas Romanas – calificadas por la Reina Sofía en su inauguración como una autentica joya – y la capilla de San Lorenzo del siglo XVII – actualmente dedicada a la sala cultural -.
Además del barrio de Cimadevilla, los orígenes astures y romanos de Gijón, tras las importantes excavaciones realizadas durante los últimos años, se encuentran a la vista del público, al otro lado de la bahía de Poniente, en la Campa de Torres –desde que también se vislumbra una impresionante panorámica del puerto del Musel, así como de las Villas pesqueras de Candás y Luanco – donde está el Parque Arqueológico, con interesantes restos de las culturas pretéritas en las que se basa la historia de Gijón, así como el Monte Areo, donde se encuentra la mayor necrópolis astur existente en estos lares.
El ensanche del Gijón moderno hacia el futuro
El paseo del Muro, que protege a la ciudad del oleaje del bravo mar Cantábrico en la playa de San Lorenzo, llega hasta la desembocadura del Río Piles. Allí se pueden ver el parque Isabel la Católica, el recinto de la Feria Internacional de muestras de Asturias, el Pabellón de Congresos, el Museo Etnográfico “Pueblo de Asturias” – dentro del cual se encuentra el Museo Internacional de la Gaita- y el Pabellón del Principado de Asturias en la Expo 92 de Sevilla, además del Palacio Municipal de Deportes y el Estadio Municipal de “El Molinón”.
Además, a partir del puente del río Piles se desarrolla una gran área deportiva y cultural en el que se concentran una serie de sociedades privadas para la práctica de deportes: el Grupo Cultural Covadonga, el Club Hípico Astur, el Club de Tenis y el Club de Golf de Castiello, así como el campus universitario gijonés.
El Gran Monumento de la Universidad Laboral
En el corazón del amplio campus universitario gijonés, el magnífico conjunto arquitectónico de la Universidad Laboral concebida como ciudad total por el arquitecto Luis Moya. La torre, de 120 metros de altura, es una mezcla estilística de la Giralda de Sevilla y el Faro de Alejandría; el atrio corintio exhibe diez columnas de diez metros y medio de altura, al estilo del arquitecto romano Vitruvio; el patio central tiene unas medidas similares a la plaza de San Marcos de Venecia: la impresionante cúpula elíptica de la iglesia –en su construcción se utilizó el sistema de bóvedas tabicadas de la tradición mediterránea-occidental- emula a la de Santa Sofía de Constantinopla con sus 31,36 metros de diámetro, los funcionales talleres inspirados en las Termas de Caracalla; y el gran teatro con una fachada helenística cuyas medidas externas coinciden con las del Partenón de Atenas, se realizó tomándose en cuenta como referencia la Puerta del Mercado de Mileto, además de los frescos de Enrique Segura merecen la pena de ser conocidas y visitadas con detenimiento.
Dos rutas hacia el Monte del Infanzón
Hay que subir hasta el monte del Infanzón para ver los mejores paisajes de Gijón y darse cuenta de sus dimensiones. Puede hacerse por dos rutas. Una de ellas es bordeando la playa de San Lorenzo, hasta llegar al alto de La Providencia y disfrutar de su hermoso parque.
Desde allí, desde la llamada colina del Cuervo, se pueden contemplar, en días despejados, los Picos de Europa, la isla de la Tortuga y las paradisíacas playas de Estaño y la Ñora. Al bajar del Infanzón hacia Gijón, no hay que dejar de visitar el barrio residencial de Somió y ver el espléndido museo del pintor gijonés Evaristo Valle que cuenta con unos maravillosos jardines en la finca de La Redonda.
La otra ruta es por la Guía, por la carretera nacional 632, atravesando el campus universitario y la Universidad Laboral para poder contemplar – en la desviación hacia Cefontes- lo que es un llagar tradicional de sidra: “El Trole”. Después está Deva –en donde se encuentra la iglesia parroquial y la capilla de Peñafrancia del siglo XVII, con la fuente, el lavadero y el puente donde nace el arroyo de Peñafrancia- uno de los paisajes más idílicos del Gijón rural. Desde el Parque Natural del Monte de Deva –en donde se encuentra el Observatorio Astronómico- tendrán, de nuevo, toda la ciudad a sus pies y dispondrán, asimismo, de amplias zonas recreativas y boscosas de uso público.
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