Tahití: la reina del Pacífico

 
¿Se imaginan descansar en un bungalow a la orilla de un mar azul turquesa en playas paradisiacas? Tahití, un destino de ensueño.

Famosa por sus paisajes paradisiacos, la isla de Tahití “abriga” 110 islas y atolones, formando cinco archipiélagos distantes y con características diferentes. Estas islas están bañadas por aguas calientes y transparentes, coronadas por montañas de origen volcánico cubiertos de una frondosa vegetación tropical.

Tahití y sus islas han acogido a celebridades como el escritor Robert Louis Stevenson o el pintor Gauguin, y es también conocida por la alegría y hospitalidad de su pueblo, guardián de una cultura exótica que se manifiesta en sus tradiciones.

La Polinesia francesa: Papeete, la capital de Tahití

De los cinco archipiélagos que forman la Polinesia Francesa, el más importante es el formado por las islas de la Societé, donde se encuentra la capital de Tahití, Papeete.

Las islas están salpicadas de pequeños islotes, conocidos como motus de playas vírgenes, donde se puede disfrutar de una langosta a la brasa con el mejor champagne. Los Resorts disponen de estos servicios gourmet para pasar un día inolvidable en un motu, acompañado de un chef que prepara un inolvidable ambiente con exquisiteces de la cocina francesa y tahitiana.

Qué visitar en Tahití: Papeete

En la capital no hay que dejar de visitar su mercado municipal, centro social y comercial de Tahití. Los vendedores vienen de toda la isla a vender su artesanía y las múltiples frutas tropicales y hortalizas que crecen en la zona.

Tras tomar un refrigerio y alimentarse en alguna de las roulottes estacionadas a modo de restaurantes en el Boulevard Pomaré, famoso por sus galerías de arte y una animada vida nocturna, hay que detenerse en sus templos: la Catedral de Notre-Dame, consagrada en 1875 y el templo de Pao Fai, inaugurado en 1873, excelentes ejemplos de la arquitectura religiosa de la zona.

La costa nordeste: la casa de James Norman Hall y Cabo Venus

El litoral nordeste es un paisaje más agreste por la existencia de los arrecifes de coral y playas de arena negra volcánica. Este contexto acoge la casa museo del escritor James Norman Hall, autor de “Motín a bordo” y otras historias trepidantes ambientadas en los mares del sur.

En esta zona de la costa se encuentra el Cabo Venus, una lengua de tierra acompañada de una gran playa de arena negra. Fue el lugar donde desembarcaron los primeros europeos.

Un poco más allá, en la costa de Hitiaa, se encuentran unas curiosas cuevas de lava, dignas de visitar siempre acompañado de un guía debido a su peligrosidad.

La costa occidental 

El litoral oeste de la isla comprende el área residencial situada al sur de la capital Papeete. Está protegida por los arrecifes de coral que originan playas tranquilas, sin olas, y de una arena muy fina. Allí se encuentran localizados la mayor proporción de hoteles en la isla y algunos sitios dignos de ver como el Laggonarium, un excepcional observatorio submarino donde se pueden contemplar tortugas, tiburones, morenas y diversas especies tropicales.

Otras atracciones turísticas de la zona es el Museo de Tahití, donde se puede admirar la arqueología polinesia antes de la llegada de los europeos, el Marae Arahurahu, un antiguo templo escenario de sacrificios humanos y la única estructura conservada pre-europea que queda en pie; además de las sorprendentes grutas de Maraa, tres cuevas cubiertas, en cuyas aguas frías se bañaba Gauguin en un escenario incomparable.

La costa sur

La zona meridional de la isla comprende los distritos de Papara, Mataiea y Papeari. Con playas de arena negra – las preferidas de los surferos -, la zona tiene una menor concentración urbana y se inicia un terreno montañoso surcado por valles cubiertos de vegetación. Por un camino de seis kilómetros se llega al jardín Vaipahi, un parque tropical con cascadas, un verdadero paraje de ensueño.
 
En la zona también se puede descubrir el museo de Paul Gauguin,un homenaje al célebre ártista que vivió en la Isla antes de marcharse a las Islas Marquesas.El viajero no encontrará originales del pintor pero si algunas esculturas y grabados.

 

Un destino para la relajación 

Viajar a Tahití es como llegar a otro mundo, donde se pueden contemplar impresionantes paisajes y dejarse cautivar por sus exclusivos hoteles, los cuales, disponen de todas las atenciones que uno pueda imaginar: sesiones interminables en sus SPA, tratamientos de talasoterapia únicos en el Pacífico, baños de río con flores exóticas, duchas de agua de lluvia, y tratamientos de belleza y anti stress que aprovechan las aguas marinas y los productos medicinales tradicionales de la Polinesia.

Estos tratamientos son muy solicitados por el turista como el taurumi, un masaje integral de cuerpo y rostro que equilibra nuestro cuerpo activando la circulación y produce una sensación de relajación total. Es habitual entre los habitantes de la zona aplicar este tipo de masaje a los recién nacidos.

Hoteles en Tahití

· Manava Suite Resort
· Intercontinental Resort Tahiti
· Pension de la Plage Tahiti
· Radisson Plaza Resort Tahiti

Dónde comer: restaurantes en Tahití

· Vaitohi
· Morrison’s Cafe
· Apetahi
· Au Mil’Delices
· Au Piment Rouge
· Blue Banana
· Cafe Verde

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