Cuando el viajero se aproxima al Cañón del Colorado se llega a preguntar si está en la Tierra o en otro planeta.
De repente, delante de uno desaparece el suelo y se abre el abismo. La vista echa a volar sobre el vacío y planea de un lado a otro porque no hay modo de abarcar de un solo golpe esa desmesura. El Gran Cañón del Colorado se extiende delante de los pies del viajero y llega hasta el horizonte. A lo lejos se distinguen multitud de crestas que descienden desde el borde superior, como cortinas de roca. Al fondo del precipicio, de más de 1.500 metros de profundidad, un río que, en la distancia, parece diminuto.
El Río Colorado
El rio Colorado lleva nueve millones de años excavando el suelo en busca del fondo del mundo, y se dice que seguir las paredes del cañón con la mirada es como leer el libro del tiempo de la Tierra.
Cada línea es un corte en los siglos, un material originado por causas diferentes en distintas épocas. Hay capas de ceniza volcánica, de caliza en la que se encuentran animales desaparecidos hace milenios, de arena que alguna vez creó dunas, de sedimentos formados en orillas que ahora quedan a cientos de metros del cauce del rio... Basta con descender unos centenares de metros para realizar un ejercicio de modestia ante la naturaleza abrumadora.
Cómo llegar
La mayoría de los cinco millones de visitantes que cada año llega al Gran Cañón accede por el borde sur, por la zona de Grand Canyon Village. Desde allí es fácil alcanzar algunos de los mejores miradores. Desde Mather Point se distingue Pipe Creek Canyon, la garganta interna del Colorado.
Siguiendo el West Rim Drive se llega a Plateau Point y otros miradores desde los que se ve el cañón del Bright Angel y los rápidos del Colorado. Hacia el este sigue el East Rim Drive, que por más de 40 kilómetros lleva a lugares como Grandview Point, las ruinas de Tusayan y Desert View. Desde aquí se divisa el Desierto Pintado y el cañón de Mármol. Un vista sobre la soledad del mundo.
La mejor opción para llegar al Gran Cañón es el coche. Hay servicio de autobús (Open Road Tours) y de tren (The grand canyon Railway) desde Williams, Arizona.
La mejor época del año para ir es a finales de primavera y principios de otoño. El borde norte del Gran Cañon puede no ser accesible durante los meses de invierno.
Bonito viaje, un acceso es en avioneta y no es caro desde Las Vegas, ya que yo lo utilicé y mi economía no es glamurosa
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