La Berrea de los ciervos en el Parque Nacional de Cabañeros

Los mugidos de los ciervos resuenan, especialmente en los alrededores de la Raña de Santiago. Es la época de la berrea. Un espectáculo natural que cada otoño se repite en Cabañeros.
 
El ciervo común, una de las especies más abundantes en el parque nacional de Cabañeros, Inicia en septiembre la época de la berrea. El espectáculo es fácil de ver en la Raña de Santiago una gran llanura salpicada de encinas.
 
Entre Toledo y Ciudad Real

El parque nacional de Cabañeros, declarado como tal el año 1995, fue el primer espacio natural español de la más elevada categoría de protección para salvaguardar a un pai­saje tan nuestro como es el bosque y el matorral mediterráneo. Esté enclavado en los Montes de Toledo, entre las pro­vincias de Toledo y Ciudad Real, ocu­pando la parte superior de las cuencas de los ríos Estena y Bullaque.


Cómo llegar
 
La ciudad importante más cercana a Cabañeros es Ciudad Real. El acceso al parque nacional se hace por la carretera CM-403. que une esta localidad con Toledo. La línea regular de autobuses AISA realiza el trayecto desde Ciudad Real. Tel. 926 211 342. www.aisa-grupo.com.
 
Una rica fauna

Poblado por imponentes y amenazadas aves ra­paces como el águila imperial ibérica y el buitre negro, o por la rarísima cigüe­ña negra, Cabañeros acoge también a una abundante población de ciervos y jabalíes, realmente fáciles de ver en el recorrido por la zona.

Comienza la Berrea

El mes de septiembre marca el inicio de la temporada reproductora para el ciervo. Cada macho reúne a su alrede­dor un grupo de hembras y proclama a los cuatro vientos la posesión del ha­rén. Es la época de la berrea, ese tiem­po de peleas y de fogosos amores tan conocida por los aficionados a la caza mayor y que llena de vida las dehesas de Cabañeros, aquí deno­minadas "rañas".
 
La Raña de Santiago

En la Raña de Santiago, una bellísima llanura salpicada de encinas y quejigos al pie de las sierras, es donde más fácil resulta observar este espectáculo na­tural. El acceso está restringido y tan sólo es posible entrar a través de las excursiones en microbus todoterreno que organiza el mismo parque nacio­nal.
 
La ruta empieza en Pueblonuevo de Bulla­que. Desde allí a escasos kilómetros, podemos atravesar diversos lugares de esta peculiar llanura, inclu­yendo un chozo o cabaña que tradicionalmente se utilizaba en la zona. En los pastos abundan las aves amantes de los espacios abiertos, como la per­diz roja, el sisón común, el rabilargo, el triguero, la cogujada montesina o la cigüeña blanca.
 
Los amplios cielos del parque son surcados por buitres negros, buitres leonados, el bonito cielo azul y, con suerte, quizás veamos al águila imperial ibérica. Los machos de ciervo están inquietos y peleones, y proclaman la época de celo mediante potentes mugidos que resuenan por las sierras circundantes. Con la ayuda de unos prismáticos, la experiencia seré aún más agra­decida. 
 
Cuándo ir
 
Es recomendable realizar el recorrido bien temprano o a última hora de la tarde, durante la última quincena del mes de septiembre o a primeros de octubre, lo que nos asegura la observación de abundante y variada fauna.
 
Para no llevarnos sorpresas, es aconsejable reservar la visita con varios días de antelación.



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