A mediados del siglo XX, un área al norte de Taupo, en Nueva Zelanda comenzó a calentarse y a emitir vapor. Son los llamados "Craters of the moon".
La intensa actividad geotermal de "los Cráteres de la Luna" se traduce en una transformación constante del terreno. Allí, la propia tierra parece moverse bajo los pies del visitante. Sin duda, el centro de la isla Norte de Nueva Zelanda es un mundo en constante ebullición.
Entre la niebla
Una densa niebla de vapor sulfuroso, muy caliente deja la piel húmeda y los poros abiertos al viajero. De repente, un cambio en la dirección del viento disipa las nubes que brotan de la tierra y revela un paisaje surrealista de cráteres humeantes, pisos de barro agitados por la ebullición constante y chorros de agua hirviendo que intentan alcanzar el cielo.
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