Es la madre de todos los ríos. Las aguas heladas del Ganges, el río sagrado para los hindúes, purifican al que se baña en ellas.
Camino de las fuentes del Ganges, hay un paraje cuya ubicación brinda algo más que una bella panorámica. En la explanada de Chirbasa, a lontananza se divisa la nevada silueta del Shivling (6.543 m. de altitud) y, al pie de la misma, la mole de hielo de Gomukh, el punto y final para aquellos peregrinos que cada año confluyen hacia estos lares por tratarse del origen de la madre de todos los ríos.
El fragor de sus aguas
En la mente del viajero, la imagen del santuario de Gangotri -inicio de la peregrinación-, parece ya remota Al igual que lo es la estampa de ese Ganges más pausado que discurre por las llanuras septentrionales de la lndia. Porque en el Himalaya, el Bhagirathi -como se denomina el Ganges tras sus primeros balbuceos- fluye desbocado, lejos de la mística de Varanasi. Y, no obstante, es el mismo río: a la luz del Shivling, el fragor de sus aguas nos escolta camino de Gomukh.
El nacimiento del río santo
Si en la India los ríos son deidades femeninas, la metáfora surge sin más: el río es la madre, y cualquier baño en sus aguas purifica. No en vano, el Ganges es la madre (Ganga Ma) que dispensa prosperidad (shukha-dá) y asegura la salvación (maksa-dá) a todos sus hijos. Y al tratarse del "río entre los ríos", su curso ha visto florecer un vasto legado de imperios y cultos religiosos. En su eterno devenir nació la cultura indostánica.
Cuando llegamos a Gomukh, una sensación de felicidad nos invade de pleno. Algunos peregrinos se remojan en las aguas del Ganges más puro; la brisa peina el cabello gris de un sadhú, oculto en su meditación. Al fondo, un gran anfiteatro de hielo de donde brotan las aguas del río sagrado. El color de la pared helada del glaciar es a base, de sombras huidizas: azules y verdes se combinan con el blanco bajo la paleta del sol.
El nacimiento del río santo
Si en la India los ríos son deidades femeninas, la metáfora surge sin más: el río es la madre, y cualquier baño en sus aguas purifica. No en vano, el Ganges es la madre (Ganga Ma) que dispensa prosperidad (shukha-dá) y asegura la salvación (maksa-dá) a todos sus hijos. Y al tratarse del "río entre los ríos", su curso ha visto florecer un vasto legado de imperios y cultos religiosos. En su eterno devenir nació la cultura indostánica.
Cuando llegamos a Gomukh, una sensación de felicidad nos invade de pleno. Algunos peregrinos se remojan en las aguas del Ganges más puro; la brisa peina el cabello gris de un sadhú, oculto en su meditación. Al fondo, un gran anfiteatro de hielo de donde brotan las aguas del río sagrado. El color de la pared helada del glaciar es a base, de sombras huidizas: azules y verdes se combinan con el blanco bajo la paleta del sol.
Cómo llegar
Desde Rishikesh hay autobuses frecuentes hacia el santuario de Gangotri, desde donde se inicia a pie la peregrinación hasta Gomukh.
La mejor época para ir es de abril a junio y entre septiembre y octubre, justo antes y después del monzón.
Debe de ser impresionante ésta ruta, por la belleza de éste río y todo lo que le rodea. Saludos
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